(Lo primero que me llama la atención en este registro es que todo está escrito en tiempo pasado. Y en esto, es un poco triste me supongo para Moroni a hacer este registro de algo que en sus tiempo ya no había más.)
Otra vez, cuando Moroni explica la forma en que efectuaba una ordenanza, dice que antes de hacer la ordenanza, primero ofrecieron una oración al Padre en el nombre del Señor Jesucristo.
El propósito en la ordenación de los presbíteros y maestros fue para apartarles para enseñar arrepentimiento y remisión de pecados, por medio del Señor Jesucristo. Y la manera por lo cual ellos fueron para enseñar estas cosas fue para fortalecer la fe en sus nombre (el nombre de Cristo) hasta lo fin. Estas instrucciones son tan simples, sino eficaz en expresar su propósito.
Me hace reflexionar en el propósito en la ordenación a los hombres jóvenes a estos oficios en la iglesia hoy en día. Sí, tienen ellos lo mismo propósito de enseñar a las personas la importancia del arrepentimiento y la remisión de pecados.
Hay una frase aquí que me hace recordar que es Dios quien nos llaman a compartir en su poder. Cuando Moroni dice, “de este modo ordenaban presbíteros y maestros, según los dones y llamamientos de Dios a los hombres;” (vs. 4)
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
Juan 15:16
Ye have not chosen me, but I have chosen you, and ordained you, that ye should go and bring forth fruit, and that your fruit should remain: that whatsoever ye shall ask of the Father in my name, he may give it you.
John 15:16
Me encanta el cambio que esta escritura me hace considerar. Nosotros, aunque el albedrío esté siempre presente, no somos los que elegimos ocupar y magnificar cualquier oficio dentro del sacerdocio y la Iglesia. Es Cristo quien me llama.
I have only a few brief and precious moments this morning to review this. Re-reading this in English after the former considerations about how Christ is the one who calls us to his work, causes me to see all this differently. The disciples (who were called to be elders) acted in such a way as to represent Christ in the ordaining of other priests and teachers. The wording of the ordinances is such that they could be the words of Christ.