Claramente, si el relato de los dos mil sesenta es verídico, hay un punto de poder que ellos poseían por su fe, que el resto de los nefitas no tenían. Y Helamán lo explica así-
Y lo atribuimos con justicia al milagroso poder de Dios, por motivo de su extraordinaria fe en lo que se les había enseñado a creer: que había un Dios justo, y que todo aquel que no dudara, sería preservado por su maravilloso poder
Esta, pues, fue la fe de aquellos de que he hablado; son jóvenes, y sus mentes son firmes, y ponen su confianza en Dios continuamente.
Alma 57:26-27
Estoy dando consideración a lo que uno puede hacer con fe.
La respuesta de Gid también ilustra su fe en Dios. Y es ésto el razón que Helamán incluye esto aquí.